sábado, 31 de octubre de 2009

RITUAL PARA LA VÍSPERA DE TODOS LOS SANTOS ó HALLOWEEN

La celebración del día de Halloween, o la moderna conmemoración de la Víspera de Todos los Santos, tiene un origen celta (dominaban el oeste y el centro de Europa en aquellos años) y se remonta a los rituales de los Druidas. Los Druidas, cuyo nombre probablemente significaba "verdadero adivino", eran los sacerdotes celtas que, además, practicaban la magia y eran los instructores de la juventud en temas como la astrología, la magia y las misteriosas cualidades de las plantas y de los animales.

La noche del 31 de octubre, víspera del primero de noviembre los celtas celebraban el inicio del nuevo año y el final del verano (para ellos el año se dividía en sólo dos estaciones, la de invierno y la de verano). Las comunidades celtas otorgaban a esta fecha una gran importancia porque era el momento del año en el que se hacían las recolecciones y matanzas para el aprovisionamiento . Esa noche también era propicia para examinar los presagios del futuro. Se encendían enormes hogueras y se dedicaba esa noche a Samhain, el caballero de la muerte. Se sacrificaban animales para aprovisionarse para el invierno y como protección contra los malos espíritus (pensaban que los espíritus de los muertos regresaban a sus hogares durante esa noche a pedir alimentos, y maldecían si no se accedía a sus peticiones). De ahí la costumbre de los niños de disfrazarse de espíritus y pedir golosinas a las puertas de las casas.
La costumbre de disfrazarse durante esa noche nace en la Edad Media cuando los bandoleros, aprovechándose de estas creencias, culpaban a los espíritus de sus fechorías, por ello se disfrazaban de espíritus e incluso de la muerte. Sin embargo, la costumbre de utilizar calabazas cortadas como caras grotescas tiene su origen en los juegos de los niños irlandeses quienes usaban patatas y nabo. El nombre de estas calabazas jack-o'-lantern arranca en la leyenda de un borracho llamado Jack a quien el diablo condenó a vagar por el mundo hasta el día del Juicio Final con unas brasas de carbón para poder ver en la oscuridad (brasas que metió dentro de un nabo que se estaba comiendo).
Aunque parezca lo contrario, la noche de Halloween no es una fiesta genuina de los Estados Unidos. La conmemoración de esta fecha comenzó a festejarse en pequeñas comunidades de irlandeses a mediados del siglo XIX, basada en los rituales de su antiguo pasado celta. Pero en los años 80 se convirtió en una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense, aunque en la actualidad esta fiesta se ha extendido a numerosos países ajenos a las costumbres anglosajonas. Hoy la celebración de la fiesta de Halloween carece de todo sentido religioso, convirtiéndose, como San Valentín, por ejemplo, en un motivo más de lucro comercial (venta de disfraces, calabazas, dulces, velas, fiestas, etc...). Algunos se disfrazan, otros celebran rituales de fuego y alcohol y todos pretenden espantar a los fantasmas y las brujas que supuestamente vuelven del lado oscuro para hostigarnos. La industria cinematográfica, tan aficionada a la explotación casi sin sentido de cualquier acontecimiento, ha convertido la noche de Halloween en sinónimo de muerte, asesinato y destrucción, contaminando con ello los ritos ancestrales de nuestros antepasados.

El ritual de aguardiente rituales de aguardiente más recurrente para la noche de Halloween es la queimada, la más tradicional de las bebidas gallegas y que tuve oportunidad de realizar en docenas de ocasiones durante los años en que tuve un segundo hogar en mi mágica ciudad de Santiago de Compostela (otro día os hablaré del Santiago misterioso) . Aunque se sabe poco del ritual, están claras sus reminiscencias celtas por sus componentes mágico-religiosos y por su objetivo de ahuyentar brujas, demonios y espíritus malignos tal como hacían los druidas la noche de Samhain, sin olvidar la importancia que tiene el pasado celta en Galicia. La queimada va mucho más allá de una simple combustión de aguardiente mezclado con azúcar, granos de café y unas cáscaras de limón. Es un ritual colectivo en toda regla, donde hay que recitar un conjuro (o conxuro) para ahuyentar a malos espíritus, maleficios, males de ojo y demandar suerte. Para seguir la tradición impecablemente, siempre hay que prepararla en un recipiente de barro, añadiendo aguardiente, azúcar, unos granos de café y cáscara de limón (las proporciones van determinadas por los gustos personales, así como el tiempo de combustión). Se prende fuego al aguardiente y se remueve con un cucharón mientras se va recitando el conxuro. Una vez apagado se bebe para quedar libres de todos los males, pudiendo invocar, a través de las fuerzas de la Naturaleza, a todos nuestros amigos ausentes o fallecidos e invitarles a que nos acompañen y participen con nosotros de la queimada.
Quien quiera celebrar Halloween “a la americana” que lo haga, pero si queréis recuperar el espíritu místico original de la fiesta, reuniros con vuestros amigos y celebrad el ritual de la queimada… Y el alcohol hará que después os riáis, claro… Pero tened después precaución y no conduzcáis posteriormente a la ingesta.

¡¡ FELIZ HALLOWEEN A TODOS !!

CONJURO DE LA QUEIMADA (traducción del original en gallego)

Búhos, lechuzas, sapos y brujas.
Demonios maléficos y diablos, espíritus de las nevadas vegas.
Cuervos, salamandras y meigas, hechizos de las curanderas.
Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y de alimañas.
Fuego de las almas en pena, mal de ojo, negros hechizos, olor de los muertos, truenos y rayos.
Ladrido del perro, anuncio de la muerte; hocico del sátiro y pie del conejo.
Pecadora lengua de la mala mujer casada con un hombre viejo.
Infierno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres en llamas, cuerpos mutilados de los indecentes, pedos de los infernales culos, mugido de la mar embravecida.
Vientre inútil de la mujer soltera, maullar de los gatos en celo, pelo malo y sucio de la cabra mal parida.
Con este cazo levantaré las llamas de este fuego que se parece al del infierno, y huirán las brujas a caballo de sus escobas, yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas.
¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente quedando así purificadas.
Y cuando este brebaje baje por nuestras gargantas, quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento.
Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada: si de verdad tenéis más poder que la gente humana, aquí y ahora, haced que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con nosotros de esta queimada.

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