viernes, 28 de agosto de 2009

No puedes dar, lo que no tienes...

Y los que lo tienen -esto hay que comprenderlo muy claramente-, los que han encontrado la fuente del amor dentro de sí mismos ya no necesitan ser amados. Sin embargo serán amados.

Amarán por la simple razón de que tienen demasiado; de la misma forma que una nube de lluvia quiere llover, de la misma forma que una flor quiere liberar su fragancia, sin deseo de conseguir nada. La recompensa del amor está en amar, no en recibir amor.

Y estos son los misterios de la vida: si una persona se siente compensada sólo con amar a los demás, los demás le amarán. Porque estando en contacto con ella, poco a poco empezarán a encontrar la fuente del amor dentro de sí mismos.

Ahora conocen al menos a una persona que derrama amor y ese amor no surge de la necesidad. Y cuanto más comparte y derrama su amor, más crece la otra persona.

Lo mismo ocurre con la comprensión. Si estás cerca de un persona que comprende, verás que comparte; compartir es su alegría, no es un negocio para ella.

Da de todo corazón, sabiendo perfectamente bien que muchas veces le cerrarán la puerta ante su cara, pero su comprensión es lo suficientemente profunda para entender a la gente que no le entiende a él.

Osho

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